Selecciones 4

La tercera entrega.
Ya expliqué en esta entrada de qué se trata.






Selecciones v4.0
Largando la compu y abriendo un libro

Julio Cortázar


Otra historia

Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.

Julio Cortázar









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TanTas veces lloro estos poemas
cuyos versos trepan perezosos,
muerden el todo,
para olvidarse en nada.
Juan Ja Cinto

(no volverá a suceder, fue a pedido del público)

b

Me enderecé, me recosté contra el vértice de aquel triángulo y traté de descansar; lo hice hasta que el recuerdo de Beatriz me aferró la garganta con mano de angustia y sentí la necesidad de hacer algo por regresar junto a ella. El plano del triángulo era de una solidez aparente que cedía al menor deseo; lo atravesé con cautela, pasando por debajo de la hipotenusa, y aferrándome del cateto vertical me asomé y vi que a pocos metros por debajo del plano inclinado pasaba un plano horizontal muy vasto, al parecer sólido y seguro. No se veían sus límites.
MarioLevrero
Las manos encallecidas, pétreas, me permitieron sostenerme sin dolor del borde del plano inclinado. Solté la mano izquierda de este borde y me aferré del cateto vertical del triángulo. Dudé mucho antes de soltar la mano derecha y pasarla también al cateto. El descenso fue rápido y sencillo, pero también doloroso; algunos cortes atravesaban la gruesa capa de mi piel y me hacían sangrar. Finalmente llegué al vasto plano horizontal, un verdadero desierto. Por fortuna, se curvaba en el horizonte, lo que me daba esperanzas. Eché a andar, pensando que si llegaba a un último cansancio sin haber hallado nada, tendría el recurso de intentar atravesar la materia de este plano que ahora me sostenía, y dejarme caer hacia lo desconocido.

Novela Geométrica, Mario Levrero


Cacería V.2.0


El bosque era enorme. Unos pinos altísimos y grises De lejos vi a la niña que perseguía a un lobo aterrado. Lo juro.
Alejandro Rossi, manual del distraído


Narices neocriollas

Será una hermosa nariz. Su ventana derecha responderá al signo de Marte y su izquierda al signo de Venus: quiere decir que el Neocriollo respirará el furor destructivo por un lado y el furor amante o constructivo por el otro. Imagínese una nariz enorme, de ventanas abiertas y palpitantes, libre de pelos y de mocos.
Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal


Soñado
El término de sus cavilaciones fue brusco, pero lo prometieron algunos signos. Primero (al cabo de una larga sequía) una remota nube en un cerro, liviana como un pájaro; luego, hacia el Sur, el cielo que tenía el color rosado de la encía de los leopardos; luego las humaredas que herrumbraron el metal de las noches; después la fuga pánica de las bestias. Porque se repitió lo acontecido hace muchos siglos. Las ruinas del santuario del dios del fuego fueron destruidas por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Estos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.
Jorge Luis Borges

La verdadera historia

A las doce el hechizo desapareció. El carruaje se transformó en calabaza, el vestido en harapos, y los zapatitos de cristal volvieron a ser zuecos de madera. Cuando el príncipe vio el zueco perdido en la escalera, no le dio mayor importancia. La elegida tenía zapatitos de cristal, y nunca la volvió a ver.

Colaboración de Maia (la calabaza)


Nacido de hombre y mujer

X - Hoy cuando apareció la luz mamá me llamó monstruo. Eres un monstruo me dijo. Vi en los ojos de mamá que estaba enojada. ¿Qué quiere decir monstruo? Hoy cayó agua de arriba. Cayó por todas partes. Yo la vi. Vi la tierra por la ventanita. La tierra se chupó el agua como una boca que tiene sed. Bebió demasiado y se enfermó y se puso oscura. No me gustó.
Mamá es bonita, yo sé. Donde yo duermo con todas las paredes frías alrededor tengo un papel detrás de la estufa. Ahí dice "Estrellas de cine". En las figuras veo caras como las de mamá y papá. Papá dice que son bonitas. Una vez lo dijo. Y también mamá dijo. Mamá tan bonita y yo bastante bien. Mírate dijo papá y no tenía una cara buena. Le toqué el brazo y dije está bien papá. Papá se sacudió y se fue donde yo no podía alcanzarlo.
Hoy mamá me sacó la cadena un rato así que pude mirar por la ventanita. Vi el agua que caía de arriba.

XX - Hoy está amarillo arriba. Sé que lo miro y los ojos duelen. Después de mirar el sótano es rojo. Me parece que eso es la iglesia. Se van de arriba. La máquina grande los traga y camina y ya no está. En la parte de atrás está la mamita. Es mucho más chica que yo. Yo soy grande. Es un secreto pero saqué la cadena de la pared. Puedo ver por la ventanita todo lo que quiero. Hoy cuando estuvo oscuro me comí la comida y unos bichos. Oí risas arriba. Me gusta saber por qué hay risas. Saqué la cadena de la pared y me la envolví en el cuerpo. Fui despacio a las escaleras. Gritan cuando yo las piso. Las piernas me resbalan porque por las escaleras no camino. Los pies se me pegan a la madera.
Subí y abrí una puerta. Era un lugar blanco. Blanco como la luz blanca que viene de arriba a veces. Entré y me quedé quieto. Oí otra vez risas. Caminé hasta el sonido y abrí un poco una puerta y miré la gente. Era mucha gente. Pensé reír con ellos.
Mamá vino y empujó la puerta. Me golpeó y dolió. Caí para atrás en el piso liso y la cadena hizo ruido. Lloré. Mamá silbó dentro de ella y se puso la mano en la boca. Tenía los ojos grandes.
Me miró. Oí que papá llamaba. Qué cayó dijo. Mamá dijo la tabla de planchar. Ven a ayudarme dijo. Papá vino y dijo bueno es tan pesada qué necesitas. Me vio y se puso grande. Los ojos de papá se enojaron. Me golpeó. El líquido me salió de un brazo. El piso quedó verde y feo. Papá me dijo que fuera al sótano. Tuve que ir. La luz me dolía ahora en los ojos. No era como en el sótano abajo.
Papá me ató los brazos y las piernas. Me puso en la cama. Arriba oí risas mientras yo estaba quieto y miraba una araña negra que bajaba a donde estaba yo. Pensé lo que dijo papá. Ohdios dijo. Y no tiene más que ocho.

XXX - Hoy papá puso otra vez la cadena en la pared antes de aparecer la luz. Tengo que sacarla otra vez. Papá dijo que yo era malo si iba arriba. Me dijo que no lo haga otra vez o me pegará fuerte. Eso duele. Me duele. Dormí de día y puse la cabeza en la pared. Pensé en el lugar blanco de arriba.

XXXX - Saqué la cadena de la pared. Mamá estaba arriba. Escuché risitas muy altas. Miré por la ventanita. Vi toda gente chiquita como mamita y también papitos. Son hermosos.
Estaban haciendo bonitos ruidos y saltaban por la tierra. Movían mucho las piernas. Son como mamá y papá. Mamá dice que toda la gente normal es así. Uno de los papás pequeños me vio. Señaló la ventana. Yo me fui resbalando por la pared hasta abajo en lo oscuro. Me apreté para que no me vieran. Oí las voces junto a la ventana y pies que corrían. Arriba unapuerta hizo ruido. Oí a la mamita que llamaba arriba. Oí pies pesados y corrí al lugar de la cama. Puse la cadena en la pared y me acosté mirando para abajo. Oí a mamá que venía. Estuviste en la ventana me dijo. Escuché que estaba enojada. No te acerques a la ventana me dijo. Sacaste otra vez la cadena. Mamá tomó el palo y me golpeó. No lloré. No puedo hacer eso. Pero mi líquido corrió por toda la cama. Mamá lo vio y se fue para atrás haciendo un ruido. Oh diosmíodiosmío dijo por qué me hiciste esto. Oí que el palo caía en el piso. Mamá corrió y subió. Dormí de día.
Richard Matheson

XXXXX - Hoy había agua otra vez. Cuando mamá estaba arriba oí a la mamita que bajaba los escalones. Me escondí en la carbonera porque mamá se enoja si la mamita me ve.
Mamita tenía una cosa pequeña viva. Caminaba en los brazos de ella y tenía
las orejas en punta. La mamita le hablaba. Todo estaba bien pero la cosa viva me olió. Corrió a la carbonera y me miró con el pelo todo duro. Hacía un ruido enojado en la garganta. Yo silbé pero la cosa saltó sobre mí.
Yo no quería lastimarla. Tuve miedo porque me mordió más fuerte que la rata. Yo la agarré y la mamita gritó. Apreté fuerte la cosa viva. Hacía ruidos que yo nunca había oído. La apreté más. Estaba toda aplastada y roja sobre el carbón negro.
Me escondí ahí cuando mamá llamó. Yo tenía miedo del palo. Mamá se fue. Subí por el carbón con la cosa. La escondí debajo de la almohada y me acosté encima. Puse la cadena en la pared otra vez.

X - Hoy es otro día. Papá puso la cadena apretada. Me duele porque me golpeó. Esta vez le saqué el palo de la mano y después hice ruido. Papá se fue y tenía la cara blanca. Salió corriendo de mi lugar y cerró la puerta con llave.
No estoy tan contento. Todo el día hace frío aquí. La cadena tarda mucho en salir de la pared. Y estoy muy enojado con mamá y papá. Les mostraré. Haré lo mismo que otro día.
Primero gritaré y me reiré fuerte. Correré por las paredes. Después me colgaré cabeza para abajo de todas mis piernas y me reiré y echaré verde por todas partes hasta que ellos estén tristes porque no fueron buenos conmigo. Y si quieren golpearme otra vez los lastimaré. Sí los lastimaré.


Richard Matheson, colaboración del Comandante Humita

Hasta la vista

Selecciones 2 
Selecciones 3

Microrrelato de Dino Buzzati

Una muchacha que cae


Con despecho comprendió que una treintena de metros más abajo otra muchacha caía. Era sin dudas más bella que ella y llevaba un vestido de media tarde con mucha clase. Quién sabe por qué, la otra descendía a una velocidad muy superior a la suya, hasta el punto que en pocos instantes la distanció y desapareció allá abajo, a pesar de los llamados de Marta. Sin duda iba a llegar a la fiesta antes que ella; tal vez era un plan calculado de antemano para suplantarla.

Dino

Luego Marta se dio cuenta de que ellas dos no eran las únicas que caían. A todo el largo de los flancos del rascacielos, otras mujeres jóvenes se deslizaban en el vacío, las caras tensas por la excitación del vuelo, agitando festivamente las manos como para decir: aquí estamos, aquí venimos, es nuestra hora, festéjennos, ¿no es verdad que el mundo es nuestro?



Dino Buzzati Traverso.
Italiano nacido en Belluno.
En 1906.
Fallecido en  Milán en el 1972.
Novelista cuentista y periodista.

Patricio Peralta R ganador certamen revista Guka

Estación de tren de La Plata,
donde se filmó Siete años en el Tibet




Entrando a este post pueden leer "Jonbar Mundis"
ganador del certamen de microrrelato 2016


En ese lugar se filmó Siete años en el Tibet, con Brad Pitt, el relato está basado en hechos reales.

https://www.facebook.com/PatricioPeraltaR/posts/1447276451956797

espero les guste.

Siete años en el Tibet, el poster

Selecciones 3

 
La segunda entrega.
Ya expliqué en esta entrada de qué se trata.






Selecciones v3.0

Un espacio para incentivar la lectura


La Oveja Negra



En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra: Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.

Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

 
Augusto Monterroso, La oveja negra y demás fábulas, colaboración de MaiaLaFabulosa.




 






arte



Gertrude Stein opinó que "el arte, todo el arte, es simplemente la expresión de algo". Picasso no estuvo de acuerdo y dijo: "Déjame en paz. Estoy comiendo". Mi opinión fue que Picasso tenía razón, estaba comiendo

Woody Allen





a



Un paso en falso me llevó a deslizarme por el plano inclinado y perder de vista a Beatriz. Lo sentí inicialmente como una caída vertical que casi me detuvo el corazón. Manoteaba el aire, desesperado; me sentía resbalar en forma interminable a velocidad loca, y no había puntos de referencia: sólo los bordes del plano, por demás estrecho, filosos como hojas de afeitar. Luego, muy lentamente, la inclinación se fue suavizando, tendiendo a la horizontal.

Mi cuerpo se contorsionaba, tratando de frenar la caída, y por el calor del roce, que me desgastaba la ropa y me producía dolorosas quemaduras. Resbalaba de rodillas, sentado, en posición fetal, acostado, cabeza abajo, y de pronto lograba ponerme de pie y corría con los brazos abiertos hasta quedar sin aliento; un nuevo resbalón, o el cansancio, me hacían caer y rodar sobre el plano, deslizarme sobre el estómago, con manos y rodillas, y así durante los minutos o siglos de un tiempo incalculable. Y quedé sin ropa, desgastada, quemada, y la piel se me fue curtiendo y endureciendo, hasta que el plano se hizo casi horizontal. Por fin me detuvo, sin mayor brusquedad, el vértice superior de un triángulo que asomaba intersectando el plano inclinado.


Novela Geométrica, Mario Levrero









ampliación del campo de batalla



Por la tarde tenía que ver al jefe de sección de Estudios Informáticos. La verdad es que no sé por qué. Yo, en todo caso, no tenía nada que decirle.

Esperé durante hora y media en un despacho vacío, un poco oscuro. La verdad es que no tenía ganas de encender la luz, en parte por medio a delatar mi presencia.

Antes de instalarme en ese despacho, me habían entregado un voluminoso informe titulado “Esquema directriz del plan informático del Ministerio de Agricultura” Tampoco veo por qué. Este documento no me concernía en lo más mínimo. El tema era, si doy crédito a la introducción, un “ensayo de predefinición de diferentes argumentos arquetípicos, concebidos en una gestión meta-obejtivo”. Los objetivos en sí mismos, “susceptibles de un análisis más ajustado en términos de adecuabilidad” eran, por ejemplo, la orientación de la política de ayudas a los agricultores, el desarrollo de un sector para-agrícola más competitivo a nivel europeo, el enderezamiento de la balanza comercial en el ámbito de los productos frescos... Hojeé rápidamente el informe, subrayando con lápiz las frases más divertidas. Por ejemplo: “el nivel estratégico consiste en la construcción de un sistema de información global formado por la integración de subsistemas heterogéneos repartidos.” O bien:”Parece urgente validar un modelo relacional canónico en una dinámica organizativa con posibilidad de desembocar a medio plazo en una database orientada a objetos.” Finalmente, una secretaria vino a avisarme que la reunión se estaba prolongando, y que desafortunadamente a su jefe le iba a resultar imposible recibirme ese día.

Así que volví a mi casa. ¡Y mí qué!, ¡mientras me paguen!



Ampliación del campo de Batalla, Michel Houellebecq





Oídos del Neocriollo


En cuanto a sus oídos, el derecho ha corresponder a Saturno y el izquierdo a Júpiter: con el derecho el Neocriollo captará la música celeste, vale decir, la de los nueve orfeones angelicales; con el otro escuchará la música terrestre, que no será ni la de Grieg ni la de Beethoven. Claro está que sus orejas tendrá la forma de dos grandes embudos microfónicos, y que podrán tenderse a las seis direcciones del espacio.


Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal.





Un viejo lobo espacialv1.0


Como soy verde, y tengo antenas y ojos saltones, todos piensan que mi cara es una máscara. En cierto modo tienen razón, porque puedo arrancármela. Puedo arrancarme la cara- y muchas veces lo hago ante el público, que se ríe cuando abajo ve otra cara verde, otras antenas, otros ojos saltones- y podría seguir arrancándome caras indefinidamente. Es una coquetería de nuestra raza. Nos gusta cambiar de cara de 
vez en cuando, por eso nos tientan los espejos.


Juegos Malabares, Carlos Gardini



Selecciones 4
Hasta la próxima entrega

Ganador de concurso de Microrrelatos



Patricio Peralta R, Ganador de concurso de Microrrelatos de la revista Guka, 2016

El diploma ( el "." está demás)

El relato se titula Jonbar Mundis.
En el listado de la revista, pusieron Jonbar Mudis (lo puse mal yo en el subject del correo)

Con el escritor Luis Mey, entegando premios

También pusieron Patricio Peralta Ramos, en el acerca de, explico sobre eso
Con Alicia Digón, directora de la revista

Selecciones 2


Ya expliqué en esta entrada de qué se trata.

Como nunca me llegó la primera, arrancamos con la primera que es la segunda.

Selecciones v2.0



Hambre

Tocó el timbre, salí, atendí.
—Tengo hambre —me dijo.
—¿Quiere pan?
—Quiero pan —contestó.
Le di pan, lo mordió, lo comió. Le di más, mucho más.
—Quiero pan —aumentó.
—Se acabó —repetí.
Entonces, mi mano arrebató 'para besarla' pensé, después de tanto, tanto pan; pero no: sacó un cuchillo enorme, la cortó y la comió.

Osvaldo Fasolo

Secuestro


Una vez me secuestraron. Estaba parado delante de la escuela cuando de pronto llega un coche negro, bajan dos tipos y me preguntan si quiero ir con ellos a un país donde todos son hadas y duendes y podré tener todos los tebeos que quiera, y bombones de chocolate, y golosinas, ya saben. Y yo les dije que sí. Entonces subí al coche con ellos, porque pensé, qué diablos, este fin de emana tampoco tengo nada que hacer.
Así que se me llevan y envían a mis padres una nota de rescate. Pero resulta que mi padre tiene malos hábitos de lectura, y aquella noche se acostó con la nota de rescate y se quedó dormido antes de terminarla. Entretanto, me llevan a Nueva Jersey maniatado y amordazado. Cuando mis padres comprenden por fin que estoy secuestrado, pasan a la acción de inmediato: alquilan mi habitación. La nota de rescate dice que mi padre debe dejar mil dólares dentro de un árbol hueco en Nueva Jersey. Reunir los mil dólares no le costó nada, pero al cargar el árbol hueco hasta Nueva Jersey se hernió...
... El FBI rodea la casa. -Suelten al chico -exigen-, dennos las pistolas y salgan con las manos en alto. Los secuestradores contestan: -Soltamos al chico, pero dejen que nos quedemos las pistolas y que subamos al coche-. El FBI dice: - Suelten al chico y suban al coche, pero dennos las pistolas-. Los secuestradores insisten: -Soltamos al chico, pero déjennos quedar con las pistolas, no necesitamos el coche-. El FBI contesta: -Quédense con el chico... Esperen un momento, creo que aquí metí la pata. El FBI decide utilizar gases lacrimógenos, pero no tienen gases lacrimógenos, de manera que varios de los agentes empiezan a interpretar la escena de la muerte de Camille. Con los ojos arrasados de lágrimas, mis secuestradores se rinden. Los condenan a quince años de trabajos forzados, pero doce de ellos se fugan, unidos por una larga cadena sujeta a los tobillos, haciéndose pasar por una gigantesca pulsera de amuletos.
Woody Allen, colaboración de María

Macedonio estaba loco?


Hombre en escalera no vale una pera. (casi proverbio de mi invención)

Muchas lluvias caen al año en Buenos Aires, pero como casi ninguna figura en el Pronóstico Meteorológico, no mojan.

El agente de policía, que no pudiendo salvar a un bañista que se ahogaba se llevó preso al mar; era un guardián del orden que se tomaba en serio.

Apenas murió mi esposo, enviudé sin vacilar.
Macedonio Fernández

LLUVIA NUEVA


Llovía torrencialmente.  A propósito esa noche no encendí las luces y cada tanto los relámpagos ¨flasheaban¨ la habitación.
Era un placer especial sentir la calidez del cuarto, observar la cama tan tibia y deshecha, y empañar con mi aliento los vidrios fríos.  Afuera la tormenta había puesto a bailar a todos los árboles.
Me pregunté si habías llegado vivo a tu casa y supuse que sí.  Que si no te habías muerto allí, un rato antes, con tanta pasión desparramada, con tanta bebida consumida, con tanto dolor a despedida, seguramente también habías sobrevivido a la tormenta.
Me quedé acurrucada fumando despacio. Esa noche había sido importante.  Una bisagra acababa de cambiar la página de nuestras historias.  No sentía dolor y supe que no te extrañaría. Ahora sólo quería disfrutar del calmo momento de las decisiones tomadas, donde ya no pesan las angustias previas ni la incertidumbre.
Seguí involucrándome con el temporal que se desarrollaba afuera de la casa. ¡Qué bien que me hacía estar conmigo misma!. Recordándote, despidiéndome y olvidando todos tus defectos para dejar intacta tu imagen idealizada. Pero te lo advierto, este mágico efecto de canonización solo existe porque te sé ausente, lejano. Más te aseguro que si te atreves a regresar a mi vida, te veré tal como eres, como fuiste siempre y te pediré nuevamente que te vayas.

Colaboración de Viviana Llorens, de su autoría

Burros


Ya he perdido 82,80 dólares en sólo dos días de apostar Dobles en Santa Anita. He vuelto a la vieja costumbre de distribuir las apuestas en diferentes bolsillos, pensando que a lo mejor así encuentro el que me de suerte. Para las Dobles, generalmente el bolsillo de la suerte es el exterior derecho. El exterior izquierdo es para Ganador y Exactas. EL posterior izquierdo para apuestas Quíntuples y Ganador colocado.
Sam Shepard
Cuando la situación comienza a ser desesperada, acostumbro a cambiar de sitio las apuestas del bolsillo exterior izquierdo para ponerlas junto a las que guardo en el exterior derecho, con las apuestas Dobles. Esto es debido a la teoría según la cual la suerte que aguarda a las unas se contagiará a las otras, o al revés. Si gano las Dobles del bolsillo exterior, paso todas las apuestas de Dobles al bolsillo exterior izquierdo, donde hubiese guardado las apuestas de Exactas, y apuesto entonces por caballos que están  8 a 1, o mejores incluso, en la segunda carrera que ya he incluido en la Doble. Todas esas nuevas apuestas pasan directamente al bolsillo exterior derecho, que, después de haberme dado suerte en la primera carrera, tiene por fuerza que seguir dándome suerte en la segunda.
Hoy no funciona nada de eso.

1/79 ,Hipódromo Santa Anita, Arcadia, CA, Sam Shepard, crónicas de motel.



Desayuno


Echó café en la taza
Echó leche en la taza de café
Echó azúcar en el café con leche
Con la cucharita lo revolvió
Bebió el café con leche
Dejó la taza
Sin hablar encendió un cigarrillo

Hizo anillos de humo
Volcó la ceniza en el cenicero
Sin hablarme
Sin mirarme
Se puso de pie
Se puso el sombrero
Se puso el impermeable porque llovía
y se marcho bajo la lluvia
Sin decir palabra
Sin mirarme

Y me cubrí la cara con las manos
Y lloré
De Jaques Prevert

Ojos del Neocriollo


Los sentidos de Neocrillo serán así, aproximadamente: su ojo derecho estará signado por el sol y su izquierdo por la luna. Quiere decir que, por el uno, estará inclinado a la visión de la luz directa, y, por el otro, a la visión de la luz reflejada. O más fácil aún: el ojo derecho lo hará santo y el izquierdo científico. Los ojos no estarán en sus órbitas ya, sino fuera de las mismas, en la punta de
Leopoldo Marechal
los nervios ópticos que se habrán alargado unos veinte centímetros y serán como las antenas de un insecto, capaces de tenderse hacia lo alto y lo bajo, hacia la derecha y la izquierda, según el objeto de la visión. Además, cada ojo, en el extremo de su antena, podrá girar sobre sí mismo, períscopicamente, y llevará un parpadodiafragma ultrasensible a las variaciones de la luz.

Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal


Colabore con una historia corta a las Arenas del Peralta

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Osvaldo Soriano : El penal más largo en el mundo


El penalti más largo del mundo


Llegué a este relato gracias al cine.

El penalti más largo del mundo (ficha en IMDB )

Una muy buena adaptación de Roberto Santiago.

 








  El penal más largo en el mundo


Osvaldo Soriano
 
El penal más fantástico del que yo tenga noticia se tiró en 1958 en un lugar perdido del valle de Río Negro, en Argentina, un domingo por la tarde en un estadio vacío. Estrella Polar era un club de billares y mesas de baraja, un boliche de borrachos en una calle de tierra que terminaba en la orilla del río. Tenía un equipo de fútbol que participaba en el campeonato del valle porque los domingos no había otra cosa que hacer y el viento arrastraba la arena de las bardas y el polen de las chacras.

Los jugadores eran siempre los mismos, o los hermanos de los mismos. Cuando yo tenía quince años, ellos tendrían treinta y me parecían viejísimos. Díaz, el arquero, tenía casi cuarenta y el pelo blanco que le caía sobre la frente de indio araucano. En el campeonato participaban dieciséis clubes y Estrella Polar siempre terminaba más abajo del décimo puesto. Creo que en 1957 se habían colocado en el decimotercer lugar y volvían a sus casas cantando, con la camiseta roja bien doblada en el bolso porque era la única que tenían. En 1958 empezaron ganándole a Escudo Chileno, otro club de miseria.

A nadie le llamo la atención eso. En cambio, un mes después, cuando habían ganado cuatro partidos seguidos y eran los punteros del torneo, en los doce pueblos del valle empezó a hablarse de ellos.

Las victorias habían sido por un gol, pero alcanzaban para que Deportivo Belgrano, el eterno campeón, el de Padini, Constante Gauna y Tata Cardiles, quedara relegado al segundo puesto, un punto más abajo. Se hablaba de Estrella Polar en la escuela, en el ómnibus, en la plaza, pero no imaginaba todavía que al terminar el otoño tuvieran 22 puntos contra 21 de los nuestros.

Las canchas se llenaban para verlos perder de una buena vez. Eran lentos como burros y pesados como roperos, pero marcaban hombre a hombre y gritaban como marranos cuando no tenían la pelota. El entrenador, un tipo de traje negro, bigotitos recortados, lunar en frente y pucho apagado entre los labios, corría junto a la línea de toque y los azuzaba con una vara de mimbre cuando pasaban a su lado. El público se divertía con eso y nosotros, que por ser menores jugábamos los sábados, no nos explicábamos como ganaban si eran tan malos.

Daban y recibían golpes con tanta lealtad y entusiasmo, que terminaban apoyándose unos sobre otros para salir de la cancha mientras la gente les aplaudía el 1 a 0 y les alcanzaba botellas de vino refrescadas en la tierra húmeda. Por las noches celebraban en el prostíbulo de Santa Ana y la gorda Leticia se quejaba de que se comieran los restos del pollo que ella guardaban en la heladera. Eran la atracción y en el pueblo se les permitía todo. Los viejos los recogían de los bares cuando tomaban demasiado y se ponían pendencieros; los comerciantes les regalaban algún juguete o caramelos para los hijos y en el cine, las novias les consentían caricias por encima de las rodillas. Fuera de su pueblo nadie los tomaba en serio, ni siquiera cuando le ganaron a Atlético San Martín por 2 a 1.

En medio de la euforia perdieron, como todo el mundo, en Barda del Medio y al terminar la primera rueda dejaron el primer puesto cuando Deportivo Belgrano los puso en su lugar con siete goles. Todos creímos, entonces, que la normalidad empezaba a restablecerse. Pero el domingo siguiente ganaron 1 a 0 y siguieron con su letanía de laboriosos, horribles triunfos y llegaron a la primavera con apenas un punto menos que el campeón.

El último enfrentamiento fue histórico por el penal. El estadio estaba repleto y los techos de las casas también. Todo el mundo esperaba que Deportivo Belgrano repitiera los siete goles de la primera rueda. El día era fresco y soleado y las manzanas empezaban a colorearse en los árboles. Estrella Polar trajo más de quinientos hinchas que tomaron una tribuna por asalto y los bomberos tuvieron que sacar las mangueras para que se quedaran quietos.

El referí que pitó el penal era Herminio Silva, un epiléptico que vendía las rifas del club local y todo el mundo entendió que se estaba jugando el empleo cuando a los cuarenta minutos del segundo tiempo estaban uno a uno y todavía no había cobrado la pena por más que los de Deportivo Belgrano se tiraran de cabeza en el área de Estrella Polar y dieran volteretas y malabarismos para impresionarlo. Con el empate el local era campeón y Herminio Silva quería conservar el respeto por sí mismo y no daba penal porque no había infracción.

Pero a los 42 minutos, todos nos quedamos con la boca abierta cuando el puntero izquierdo de Estrella Polar clavó un tiro libre desde muy lejos y se pusieron arriba 2 a 1. Entonces sí, Herminio Silva pensó en su empleo y alargó el partido hasta que Padini entró en el área y ni bien se le acercó un defensor pitó. Ahí nomás dio un pitazo estridente, aparatoso y sancionó el penal. En ese tiempo el lugar de ejecución no estaba señalado con una mancha blanca y había que contar doce pasos de hombre. Herminio Silva no alcanzó siquiera a recoger la pelota porque el lateral derecho de Estrella Polar, el Colo Rivero, lo durmió de un cachetazo en la nariz. Hubo tanta pelea que se hizo de noche y no hubo manera de despejar la cancha ni de despertar a Herminio Silva. El comisario, con la linterna encendida, suspendió el partido y ordenó disparar al aire. Esa noche el comando militar dictó estado de emergencia, o algo así, y mandó a enganchar un tren para expulsar del pueblo a toda persona que no tuviera apariencia de vivir allí.
Grafitti


Según el tribunal de la Liga, que se reunió el martes, faltaban jugarse veinte segundos a partir de la ejecución del tiro penal y ese match aparte entre Constante Gauna, el shoteador y el gato Díaz al arco, tendría lugar el domingo siguiente, en el mismo estadio a puertas cerradas. De manera que el penal duró una semana y fue, si nadie me informa lo contrario, el más largo de toda la historia. El miércoles faltamos al colegio y nos fuimos al pueblo vecino a curiosear. El club estaba cerrado y todos los hombres se habían reunido en la cancha, entre las bardas. Formaban una larga fila para patearle penales al Gato Díaz y el entrenador de traje negro y lunar trataba de explicarles que esa era la mejor manera de probar al arquero.

Al final, todos tiraron su penal y el Gato atajó unos cuantos porque le pateaban con alpargatas y zapatos de calle. Un soldado bajito, callado, que estaba en la cola, le tiró un puntazo con el borceguí militar y casi arranca la red. Al caer la tarde volvieron al pueblo, abrieron el club y se pusieron a jugar a las cartas. Díaz se quedó toda la noche sin hablar, tirándose para atrás el pelo blanco y duro hasta que después de comer se puso un escarbadientes en la boca y dijo:

—Constante los tira a la derecha.
—Siempre —dijo el presidente del club.
—Pero él sabe que yo sé.
—Entonces estamos jodidos.
—Sí, pero yo sé que él sabe —dijo el Gato.
—Entonces tírate a la izquierda y listo —dijo uno de los que estaban en la mesa.
— Él sabe que yo sé que él sabe —dijo el Gato Díaz y se levantó para ir a dormir.
—El Gato esta cada vez más raro —dijo el presidente del club cuando lo vio salir pensativo, caminando despacio.







con el gato


El martes no fue a entrenar y el miércoles tampoco. El jueves, cuando lo encontraron caminando por las vías del tren estaba hablando solo y lo seguía un perro con el rabo cortado.

—¿Lo vas a atajar?— le preguntó, ansioso, el empleado de la bicicletería.
—No sé. ¿Qué me cambia eso? —preguntó.
—Que nos consagramos todos, Gato. Les tocamos el culo a esos maricones de Belgrano.
—Yo me voy consagrar cuando la rubia de Ferreyra me quiera querer —dijo y silbó al perro para volver a su casa.

El viernes, la rubia de Ferreyra estaba atendiendo la mercería cuando el intendente del pueblo entró con un ramo de flores y una sonrisa ancha como una sandía abierta. Esto te lo manda el Gato Díaz y hasta el lunes vos decís que es tu novio.

—Pobre tipo —dijo ella con una mueca y ni miró las flores que habían llegado de Neuquén por el ómnibus de las diez y media.

A la noche fueron juntos al cine. En el entreacto el Gato salió al hall a fumar y la rubia de los Ferreyra se quedó sola en la media luz, con la cartera sobre la falda, leyendo cien veces el programa sin levantar la vista.

El sábado a la tarde el Gato Díaz pidió prestadas dos bicicletas y fueron a pasear a las orillas del río. Al caer la tarde la quiso besar, pero ella dio vuelta la cara y dijo que el domingo a la noche, tal vez, después que atajara el penal, en el baile.

—¿Y yo cómo sé? —dijo él.
—¿Cómo sabés qué?

—Si me tengo que tirar para ese lado.

La rubia Ferreyra lo tomó de la mano y lo llevó hasta donde habían dejado las bicicletas.

—En esta vida nunca se sabe quién engaña a quién —dijo ella.

—¿Y si no lo atajo? —preguntó él.

—Entonces quiere decir que no me querés —respondió la rubia, y volvieron al pueblo.

El domingo del penal salieron del club veinte camiones cargados de gente, pero la policía los detuvo a la entrada del pueblo y tuvieron que quedarse a un costado de la ruta, esperando bajo el sol. En aquel tiempo y en aquel lugar no había emisoras de radio, ni forma de enterarse de lo que ocurría en una cancha cerrada, de manera que los de Estrella Polar establecieron una posta entre el estadio y la ruta.

El empleado del bicicletero subió a un techo desde donde se veía el arco del Gato Díaz y desde allí narraba lo que ocurría a otro muchacho que había quedado en la vereda que a su vez transmitía a otro que estaba a veinte metros y así hasta que cada detalle llegaba a donde esperaban los hinchas de Estrella Polar.

 A las tres de la tarde, los dos equipos salieron a la cancha vestidos como si fueran a jugar un partido en serio. Herminio Silva tenía un uniforme negro, desteñido pero limpio y cuando todos estuvieron reunidos en el centro de la cancha fue derecho hasta donde estaba el Colo Rivero que le había dado el cachetazo el domingo anterior y lo expulsó de la cancha. Todavía no se había inventado la tarjeta roja, y Herminio señalaba la entrada del túnel con una mano temblorosa de la que colgaba el silbato.

Al fin, la policía sacó a empujones al Colo que quería quedarse a ver el penal. Entonces el árbitro fue hasta el arco con la pelota apretada contra una cadera, contó doce pasos y la puso en su lugar. El Gato Díaz se había peinado a la gomina y la cabeza le brillaba como una cacerola de aluminio.

Nosotros los veíamos desde el paredón que rodeaba la cancha, justo detrás del arco, y cuando se colocó sobre la raya de cal y empezó a frotarse las manos desnudas, empezamos a apostar hacía dónde tiraría Constante Gauna.

 En la ruta habían cortado el tránsito y todo el Valle estaba pendiente de ese instante porque hacía diez años que el Deportivo Belgrano no perdía un campeonato. También la policía quería saber, así que dejaron que la cadena de relatores se organizara a lo largo de tres kilómetros y las noticias llegaban de boca en boca apenas espaciadas por los sobresaltos de la respiración.

Recién a las tres y media, cuando Herminio Silva consiguió que los dirigentes de los dos clubes, los entrenadores y las fuerzas vivas del pueblo abandonaran la cancha, Constante Gauna se acercó a acomodar la pelota. Era flaco y musculoso y tenía las cejas tan pobladas que parecían cortarle la cara en dos. Había tirado ese penal tantas veces –contó después– que volvería a patearlo a cada instante de su vida, dormido o despierto.

 A las cuatro menos cuarto, Herminio Silva se puso a medio camino entre el arco y la pelota, se llevó el silbato a la boca y sopló con todas sus fuerzas. Estaba tan nervioso y el sol le había machacado tanto sobre la nuca, que cuando la pelota salió hacia el arco, el referí sintió que los ojos se reviraban y cayó de espalda echando espuma por la boca. Díaz dio un paso al frente y se tiró a su derecha. La pelota salió dando vueltas hacía el medio del arco y Constante Gauna adivinó enseguida que las piernas del Gato Díaz llegarían justo para desviarla hacia un costado. El gato pensó en el baile de la noche, en la gloria tardía y en que alguien corriera a tirar la pelota al córner porque había quedado picando en el área.

El petiso Mirabelli llegó primero que nadie y la sacó afuera, contra el alambrado, pero el árbitro Herminio Silva no podía verlo porque estaba en el suelo, revolcándose con su epilepsia. Cuando todo Estrella Polar se tiró sobre el Gato Díaz, el juez de línea corrió hacía Herminio Silva con la bandera parada y desde el paredón donde estábamos sentados oímos que gritaba: “¡no vale, no vale!”.

La noticia corrió de boca en boca, jubilosa. La atajada del Gato y el desmayo del árbitro. Entonces en la ruta todos abrieron las botellas de vino y empezaron a festejar, aunque el “no vale” llegara balbuceado por los mensajeros como una mueca atónita.

Hasta que Herminio Silva no se puso de pie, desencajado por el ataque, no hubo respuesta definitiva. Lo primero que preguntó fue “qué pasó” y cuando se lo contaron sacudió la cabeza y dijo que había que patear de nuevo porque él no había estado allí y el reglamento decía que el partido no puede jugarse con un árbitro desmayado. Entonces el Gato Díaz apartó a los que querían pegarle al vendedor de rifas de Deportivo Belgrano y dijo que había que apurarse porque esa noche él tenía una cita y una promesa y fue otra vez bajo el arco.

Constante Gauna debía tenerse poca fe, porque le ofreció el tiro a Padini y recién después fue hacía la pelota mientras el juez de línea ayudaba a Herminio Silva a mantenerse parado. Afuera se escuchaban bocinazos de festejo y los jugadores de Estrella Polar empezaron a retirarse de la cancha rodeados por la policía.

El pelotazo salió hacia la izquierda y el Gato Díaz se fue para el mismo lado con una elegancia y una seguridad que nunca más volvió a tener. Costante Gauna miró al cielo y después se echó a llorar. Nosotros saltamos del paredón y fuimos a mirar de cerca a Díaz, el viejo, el grandote, que miraba la pelota que tenía entre las manos como si hubiera sacado la sortija de la calesita.

 Dos años más tarde, cuando él era una ruina y yo un joven insolente, me lo encontré otra vez, a doce pasos de distancia y lo vi inmenso, agazapado en puntas de pie, con los dedos abiertos y largos. En una mano llevaba un anillo de matrimonio que no era de la rubia de los Ferreyra sino de la hermana del Colo Rivero, que era tan india y tan vieja como él. Evité mirarlo a los ojos y le cambié la pierna; después tiré de zurda, abajo, sabiendo que no llegaría porque estaba un poco duro y le pesaba la gloria. Cuando fui a buscar la pelota dentro del arco, el Gato Díaz estaba levantándose como un perro apaleado.

—Bien, pibe —me dijo—. Algún día, cuando seas viejo, vas a andar contando por ahí que le hiciste un gol al Gato Díaz, pero para entonces ya nadie se va a acordar de mí.

boliche de borrachos en una calle de tierra que terminaba en la orilla del río. Tenía un equipo de fútbol que participaba en el campeonato del valle porque los domingos no había otra cosa que hacer y el viento arrastraba la arena de las bardas y el polen de las chacras.

Osvaldo Soriano

Patricio Peralta R, finalista del concurso guka 2016

Acabo de enterarme de que mi relato Jonbar Mundis es finalista del certamen de microrrelatos de la revista Guka 2016
Acá la lista completa de finalistas. Suerte para todos los colegas.
Casali Carlos M. “Las reglas del juego”
Ceccotti Ponte Rocío “Destino”
Lewitan Ricardo “Al final del camino”
Branchini Sandra “Aquellos días”
Cortalezzi Claudia “Astronauta”
Gómez Claudio A. “El escondite”
Lowenstein Ariel V “Los escribas”
Cabrera Ruben “Mala suerte”
Diez Lucas “Los invisibles”
Brunfman Berta S. “Dar”
Sanguinetti Lorena “Universo amarillo”
Molina Hernández Arturo “Audiomensajes”
Castro Santos Mónica G. “El Invisible”
Contreras Araceli “En algún espejo”
Olasagasti Miguel E. “Escape”
Latorre Sonia “El padre de Carlos”
Alvarez Miriam “Invisible”
Peralta R Patricio “Jonbar Mudis”



López Torres Sebastián “La muerte del azar”
Garcia Sergio O. “La partida”
Burattini M. Laura “Salvar la noche”
Materazzi Corina “Culpables”
Kittlein Victoria “Calla poemas mi alma”
Espinosa Marcela V. “Don Basilio”
Pafundi María A. “Trivial (Te vivo)”
Filipon, Elisa T. “El prisionero”
Vignapiano Mirta N. “El tren”
Fernández Silvia “Al otro lado”
Amaya, María V. “Mejillones”
Blasco López Rafael “Amor en caída libre”
Lopez Javier F. “Tiempo de siempre”
Doti Luciano “Despertar”
Adamo Fernanda D. “El fin”
Guzmán Bermudez, F. “En busca de las gaviotas”
Figueira Ana I. “En sombra”
Valdez Ricardo A. “Abrazados en llanto”
Alvado Marta E. “La fuerza del deseo”
Korduner Andrea L. “Ciberteorías”
Dib Clara “Suspensión del ánima”
Ávila Sandra “Circos y relojes”
Fernández Juan A. “Al final”
Pin, Mónica N. “Sonidos y fragores”
Baltusis, Eduardo “Esa prisión”
Donnet, María M. “Venganza”
Baggini, Federico “Sendero”
Argañaraz Omar “Las madres”
Vinci, María I. “Sueños”
Graciela Maschi “Encierro”
Magariños María C “Aprendizaje”
Krevneris Mirta “La paloma cabrona y la paz”
Fernández Walter A. “Agostina”
González Sebastián “Resignar sin resignarse”
Sánchez Lopez María R. “Destinos truncos”
Ojeda Héctor Luis “Sus ojos”
García Beobide Isabel “A: Ce”
López Marín Carlo I. “Cariño a muerte”
Leites María G. “La tragedia final o el amor”
Ochoa Azucena “La apestada”
Lewitan Natalia “La búsqueda”
Muraca Carlos A. “La protesta”
Capasso Mario “La puntada”
Charra Viviana E. “Son casi las nueve y te recuerdo en
silencio”
Verderico, José “Pendiente”
Badano Susana “Los invisibles”
Di Primio Guillermo “Colectivo de ida”
Bossini Sandra “La enamorada”
Besasso Osvaldo “La ciencia y la poesía”
González Nélida “La enamorada”
Baldoni Claudia E. “los sueños con anestesia- las uñas-”

Volviendo a Sam Shepard


3,30 de la madrugada
Sam Shepard
¿Es un gallo
o una mujer que grita a lo lejos?

¿está negro el cielo
o a punto de ponerse azul oscuro?

¿Es una habitación de motel
o la casa de alguien?

¿Está mi cuerpo
vivo o muerto?

¿Estoy en Texas
o en Berlín Occidental?

Y de todos modos,
¿qué hora es?

¿hay algún pensamiento
que sea mi aliado?

Rezo pidiendo que se suspenda
todo pensar

Absoluta suspensión
espacio en blanco

quiero ir por la carretera
sin pensar en nada

sólo una vez

No estoy suplicando

No me pongo de rodillas

No estoy en condiciones de pelear

9/12/80 Fredericksburg, Texas.

más sobre sam en este mismo blo'



León Gieco, pensar en nada

Las 100 mejores películas del Siglo XXI


La BBC realizó una encuesta entre 60 críticos ( si, tipo que no crean nada pero juzgan todo desde su pedestal) sobre las mejores películas de este Siglo en curso y quién sabe si terminará ( la humanidad me refiero.
Antes de la lista le spoleo cual es la mejor: Mulholland Drive ( El camino de los sueños) de David Lynch.
¿Por qué? porque no sólo creo que NO es la mejor según mi opinión,  sino que creo que la mejor película de David Lynch es Donnie Darko (O revienten)

es una curiosidad, sabemos que en estas listas, los tipos votan unos bodrios tremendos sólo para hacerse los snobs y mirarte con la cejita levantada. Lo notable es la presencia de dos películas argentinas. Sin embargo no figuran ni El aura ( homenaje supremo a Hitchcock ) ni Felicidades ( del 2000, que no entraría en la lista), ni Carancho Voy a ir poniendo imágenes de las que más me gustaron a mí.
Pero en estas cosas siempre pasan estas cosas de coso. Un tipo escribó una lista, 1000 álbums que hay que escuchar etc etc.... había cosas infumables... y no figuraba Joe Jackson. Bué, así las cosas. Incluyeron una película de Sofía Copola, también la que matan  Bin Laden (sin juicio justo), y no esté Hugo, de Martin Scorsese, con eso está casi todo dicho.

Acá la lista, tomada de aquí http://www.bbc.com/culture/story/20160819-the-21st-centurys-100-greatest-films

100. Requiem for a Dream [Requiem por un sueño] (Darren Aronofsky, 2000)
100. Toni Erdmann (Maren Ade, 2016)
100. Carlos (Olivier Assayas, 2010)
99. The Gleaners and I [Los espigadores y la espigador] (Agnès Varda, 2000)
98. Ten [Diez] (Abbas Kiarostami, 2002)
97. White Material [Materia blanca] (Claire Denis, 2009)
96. Finding Nemo [Buscando a Nemo] (Andrew Stanton, 2003)
95. Moonrise Kingdom [Un reino bajo la luna] (Wes Anderson, 2012)
94. Let the Right One In [Déjame entrar] (Tomas Alfredson, 2008)
93. Ratatouille (Brad Bird, 2007)
92. The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford [eso, el asesinato, otro bodrio](Andrew Dominik, 2007)
91. El secreto de sus ojos [The Secret in Their Eyes] (Juan José Campanella, 2009)
90. The Pianist [El pianista] (Roman Polanski, 2002)


89. La mujer sin cabeza [The Headless Woman] (Lucrecia Martel, 2008)
88. Spotlight [En primera plana] (Tom McCarthy, 2015)
87. Amélie (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
86. Far From Heaven [Lejos del cielo] (Todd Haynes, 2002)
85. A Prophet [Un profeta] (Jacques Audiard, 2009)
84. Her [Ella] (Spike Jonze, 2013)
83. A.I. Artificial Intelligence [Inteligencia artificial] (Steven Spielberg, 2001)
82. A Serious Man [Un tipo serio] (Joel and Ethan Coen, 2009)
81. Shame [Vergüeza] (Steve McQueen, 2011)
80. The Return [El regreso](Andrey Zvyagintsev, 2003)
79. Almost Famous [Casi famosos] (Cameron Crowe, 2000)
78. The Wolf of Wall Street [El lobo de Wall Street] (Martin Scorsese, 2013)

77. The Diving Bell and the Butterfly [La escafandra y la mariposa] (Julian Schnabel, 2007)



76. Dogville (Lars von Trier, 2003)
75. Inherent Vice [Puro vicio] (Paul Thomas Anderson, 2014)
74. Spring Breakers (Harmony Korine, 2012)
73. Before Sunset [Antes del atardecer] (Richard Linklater, 2004)
72. Only Lovers Left Alive [Sól los amantes sobreviven] (Jim Jarmusch, 2013)
71. Tabu (Miguel Gomes, 2012)
70. Stories We Tell [Las historias que contamos] (Sarah Polley, 2012)
69. Carol (Todd Haynes, 2015)
68. The Royal Tenenbaums [Los excéntricos Tenenbaums](Wes Anderson, 2001)
67. The Hurt Locker [Vivir al límite] (Kathryn Bigelow, 2008)
66. Spring, Summer, Fall, Winter…and Spring [Primavera, verano, otoño, invierno y resorte (el ayudante del profe)](Kim Ki-duk, 2003)
65. Fish Tank [Acuario](Andrea Arnold, 2009)
64. The Great Beauty [La gran belleza] (Paolo Sorrentino, 2013)
63. The Turin Horse [El caballo de Turín] (Béla Tarr and Ágnes Hranitzky, 2011)
62. Inglourious Basterds [Bastardos sin gloria] (Quentin Tarantino, 2009)
61. Under the Skin [Bajo la piel] (Jonathan Glazer, 2013)
60. Syndromes and a Century [Síndromes y un siglo] (Apichatpong Weerasethakul, 2006)
59. A History of Violence [Una historia violenta] (David Cronenberg, 2005)
58. Moolaadé (Ousmane Sembène, 2004)
57. Zero Dark Thirty [La noche más oscura] (Kathryn Bigelow, 2012)
56. Werckmeister Harmonies (Béla Tarr, director; Ágnes Hranitzky, co-director, 2000)
55. Ida (Paweł Pawlikowski, 2013)
54. Once Upon a Time in Anatolia [Una vez en Anatolia] (Nuri Bilge Ceylan, 2011)
53. Moulin Rouge! (Baz Luhrmann, 2001)
52. Tropical Malady (Apichatpong Weerasethakul, 2004)
51. Inception (Christopher Nolan, 2010)

50. The Assassin (Hou Hsiao-hsien, 2015)
49. Goodbye to Language (Jean-Luc Godard, 2014)
48. Brooklyn (John Crowley, 2015)
47. Leviathan (Andrey Zvyagintsev, 2014)
46. Certified Copy [Copia certificada] (Abbas Kiarostami, 2010)
45. Blue Is the Warmest Color (Abdellatif Kechiche, 2013)
44. 12 Years a Slave [12 años de esclavitud] (Steve McQueen, 2013)
43. Melancholia (Lars von Trier, 2011)
42. Amour (Michael Haneke, 2012)
41. Inside Out (Pete Docter, 2015)
40. Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005)
39. The New World (Terrence Malick, 2005)


38. City of God  [Ciudad de Dios] (Fernando Meirelles and Kátia Lund, 2002)

37. Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives (Apichatpong Weerasethakul, 2010)
36. Timbuktu (Abderrahmane Sissako, 2014)
35. Crouching Tiger, Hidden Dragon (Ang Lee, 2000)
34. Son of Saul (László Nemes, 2015)
33. The Dark Knight [El caballero nocturno, si la de batman]  (Christopher Nolan, 2008)
32. The Lives of Others [La vida de los otros] (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006)
31. Margaret (Kenneth Lonergan, 2011)
30. Oldboy (Park Chan-wook, 2003)

29. WALL-E (Andrew Stanton, 2008)


28. Hable con ella [Talk to Her] (Pedro Almodóvar, 2002)
27. The Social Network [Red social] (David Fincher, 2010)
26. 25th Hour [Las 25 horas] (Spike Lee, 2002)
25. ‹Memento (Christopher Nolan, 2000)
24. The Master (Paul Thomas Anderson, 2012)
23. Caché (Michael Haneke, 2005)
22. Lost in Translation [Perdidos en Tokio] (Sofia Coppola, 2003)
21. The Grand Budapest Hotel [El gran hotel budapest] (Wes Anderson, 2014)
20. Synecdoche, New York (Charlie Kaufman, 2008)
19. Mad Max: Fury Road (George Miller, 2015)
18. The White Ribbon [La cinta blanca] (Michael Haneke, 2009)

17. Pan's Labyrinth [El laberinto del fauno] (Guillermo Del Toro, 2006)


16. Holy Motors (Leos Carax, 2012)
15. 4 Months, 3 Weeks and 2 Days (Cristian Mungiu, 2007)
14. The Act of Killing (Joshua Oppenheimer, 2012)
13. Children of Men [Hijos del hombre] (Alfonso Cuarón, 2006)
12. Zodiac (David Fincher, 2007)
11. Inside Llewyn Davis (Joel and Ethan Coen, 2013)
10. No Country for Old Men [Sin lugar para los débiles] (Joel and Ethan Coen, 2007)
9. A Separation [Una separación] (Asghar Farhadi, 2011)
8. Yi Yi: A One and a Two (Edward Yang, 2000)
7. The Tree of Life [El árbol de la vida] (Terrence Malick, 2011)
6. Eternal Sunshine of the Spotless Mind [Eterno resplandor de una mente sin recuerdos] (Michel Gondry, 2004)


5. Boyhood (Richard Linklater, 2014)
4. Spirited Away (Hayao Miyazaki, 2001)
3. There Will Be Blood (Paul Thomas Anderson, 2007)
2. In the Mood for Love (Wong Kar-wai, 2000)
1. Mulholland Drive (David Lynch, 2001>