Salto a la facultad

Este es otro fragmento del capítulo 5 de El héroe de los sueños


Salto a la facultad


Departamento de Física.de
Facultad de Ciencias Exactas
UNLP
No podía seguir así, sin conocimientos, no podía seguir al gordito científico, así que fui y me anoté en la facultad y de paso podría ir reclutando gente.
Me acuerdo cuando fui a inscribirme. Llevaba una polera para que me tapara este cuello gordo que me estereotipa. Fui a una ventanita donde había uno con esos gorros que usan los de la Universidad.
Que quiero empezar la facultad, le dije.
El tipo estaba anotando unas cosas en una libreta. Me miró y se acomodó el gorro que se le quedaba un poco grande y se le caí al inclinarse hacia adelante.
Algo no muy difícil pero interesante, le aclaré.
Nene, me dice el cocinero, dos cositas.
Primero, este es el buffet, la ventanilla de alumnos atiende a la mañana.
Ah.
Dos, tenés que tener terminado el secundario.
Me hacía seña con los deditos mientras se acomodaba el gorro con la otra mano.
Ah, pero mi sueño es entrar en la facultad, le dije.
Bueno, entonces tomá, pensé que eran de esos locos que andan por acá.
Ahí me dió el formulario y mientras lo llenaba le pedí un pebete de salame y queso.
Arreglé mis horarios, a la mañana iba al normal para terminar el secundario y a la tarde y a la noche a la facultad. Me había hecho amigo de Bustavo, parecía piola, siempre se quejaba de todo y pensé que algún día se iba a sumar. De que otra cosa podría estar conformada la rebelación, quién la iba a llevar adelante si no por una banda de inconformistas.
Facultad de Ingeniería UNLP
Pero no, en el fondo era un cagón que nunca se jugaba por nada, finalmente, es por culpa de éstos tipos que tenemos los gobernantes que tenemos. Ya nos habíamos peleado, siempre tenía algo en mi contra. Y no me callé, era mejor tenerlo lejos, porque por ahí en el fondo era todo un alcahuete. Pero siempre nos encontrábamos si era porque él necesitaba algo. Llegamos al bar, a ese buffet tan paquete que teníamos. Él no sabia nada como siempre. El lugar era fantástico, pues todas las paredes eran puertas ventanas y todo el mundo circulaba atravesando en gran salón lleno de mesas. Veníamos con las bicis, él iba a dejarlas ahí. Entonces tuve que explicarle: acá te cobran. Pero siendo estudiante en este techito de acá las podés dejar gratis. Fuimos y las dejamos y fuimos caminando hacia el departamento de demoliciones entre las calles más arboladas que no se qué. Mucho palo borracho y mucho tilo.
No hubo opción al subirmos al camión atmosférico y sentarnos juntos. La Universidad tiene una red de camiones atmosféricos que van y vienen entre las distintas facultades y departamentos.

Una pena el Bustavo, parecía piola pero en el fondo en un forro reaccionario. Casi le pregunto al que manejaba lo de la inducción del flujo hidro-áulico. Pero no, a ver si era un falso como éste otro que te critica cuando vas al zoo y después va y se saca una foto en una pileta nadando con los delfines Delphinus Delphis.

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