Cuento con moraleja, por Pity Álvarez

Como en todo libro, hay una introducción, un nudo y un desenlace.
Pity Álvarez


 La introducción:
Todo arrancó en la escuela técnica, poco antes de salir a buscar laburo y, finalmente, ponerme a trabajar.

El nudo:
En esa época, me empezaron a interesar las drogas y comencé a probarlas. Con algunas, no tuve problemas en escalar y escalar, hasta llegar a la cima… Ahora, me siento con todos los fueros para decirles que al llegar a la pasta base, y luego al crack, mi vida empezó a cambiar. Algunas cosas me salieron bien y otras mal, pero hermano…
Creo que estas dos sustancias arruinan a una persona, la llevan al desgano. Todo pierde sentido, cuando no te das cuenta quién es quién, porque el tiempo pasa más rápido y la vida se te acorta. Entrás en un juego donde sólo perdés, quedándote sin fichas. Perdés, sólo perdés. Perdés hasta los sentimientos que tenías por los que te quieren. Y lo peor… El desenlace: El mate se lavó, el café se enfrió, el gusano no se transformó; el tiempo pasó, y atrás… La niñez quedó. Poco a poco, se fue derrumbando lo que con esfuerzo construí. La vida se fue, la muerte llegó.

 FIN 
Te lo digo así, de forma directa, aunque lo escriba como un cuento, para que te des cuenta de que si entraste, tenés que salir, porque si no lo lográs, esta mierda termina siempre de la misma manera, termina con vos. Que el sol te caliente tu parte fría, para que tengas la voluntad de cambiar. La decisión es tuya, tu vida también. Lo mejor para todos.

Pity