Ya expliqué en esta entrada de qué se trata.
Como nunca me llegó la primera, arrancamos con la primera que es la segunda.
Selecciones v2.0
Hambre
Tocó el timbre, salí, atendí.
—Tengo hambre —me dijo.
—¿Quiere pan?
—Quiero pan —contestó.
Le di pan, lo mordió, lo comió. Le di más, mucho más.
—Quiero pan —aumentó.
—Se acabó —repetí.
Entonces, mi mano arrebató 'para besarla' pensé, después de tanto, tanto pan; pero no: sacó un cuchillo enorme, la cortó y la comió.
—Tengo hambre —me dijo.
—¿Quiere pan?
—Quiero pan —contestó.
Le di pan, lo mordió, lo comió. Le di más, mucho más.
—Quiero pan —aumentó.
—Se acabó —repetí.
Entonces, mi mano arrebató 'para besarla' pensé, después de tanto, tanto pan; pero no: sacó un cuchillo enorme, la cortó y la comió.
Osvaldo Fasolo
Secuestro
Una vez me secuestraron. Estaba parado delante de la escuela cuando de pronto llega un coche negro, bajan dos tipos y me preguntan si quiero ir con ellos a un país donde todos son hadas y duendes y podré tener todos los tebeos que quiera, y bombones de chocolate, y golosinas, ya saben. Y yo les dije que sí. Entonces subí al coche con ellos, porque pensé, qué diablos, este fin de emana tampoco tengo nada que hacer.
Así que se me llevan y envían a mis padres una nota de rescate. Pero resulta que mi padre tiene malos hábitos de lectura, y aquella noche se acostó con la nota de rescate y se quedó dormido antes de terminarla. Entretanto, me llevan a Nueva Jersey maniatado y amordazado. Cuando mis padres comprenden por fin que estoy secuestrado, pasan a la acción de inmediato: alquilan mi habitación. La nota de rescate dice que mi padre debe dejar mil dólares dentro de un árbol hueco en Nueva Jersey. Reunir los mil dólares no le costó nada, pero al cargar el árbol hueco hasta Nueva Jersey se hernió...
... El FBI rodea la casa. -Suelten al chico -exigen-, dennos las pistolas y salgan con las manos en alto. Los secuestradores contestan: -Soltamos al chico, pero dejen que nos quedemos las pistolas y que subamos al coche-. El FBI dice: - Suelten al chico y suban al coche, pero dennos las pistolas-. Los secuestradores insisten: -Soltamos al chico, pero déjennos quedar con las pistolas, no necesitamos el coche-. El FBI contesta: -Quédense con el chico... Esperen un momento, creo que aquí metí la pata. El FBI decide utilizar gases lacrimógenos, pero no tienen gases lacrimógenos, de manera que varios de los agentes empiezan a interpretar la escena de la muerte de Camille. Con los ojos arrasados de lágrimas, mis secuestradores se rinden. Los condenan a quince años de trabajos forzados, pero doce de ellos se fugan, unidos por una larga cadena sujeta a los tobillos, haciéndose pasar por una gigantesca pulsera de amuletos.
Woody Allen, colaboración de María
Macedonio estaba loco?
Hombre en escalera no vale una pera. (casi proverbio de mi invención)
Muchas lluvias caen al año en Buenos Aires, pero como casi ninguna figura en el Pronóstico Meteorológico, no mojan.
El agente de policía, que no pudiendo salvar a un bañista que se ahogaba se llevó preso al mar; era un guardián del orden que se tomaba en serio.
Apenas murió mi esposo, enviudé sin vacilar.
Macedonio Fernández
LLUVIA NUEVA
Llovía torrencialmente. A propósito esa noche no encendí las luces y cada tanto los relámpagos ¨flasheaban¨ la habitación.
Era un placer especial sentir la calidez del cuarto, observar la cama tan tibia y deshecha, y empañar con mi aliento los vidrios fríos. Afuera la tormenta había puesto a bailar a todos los árboles.
Me pregunté si habías llegado vivo a tu casa y supuse que sí. Que si no te habías muerto allí, un rato antes, con tanta pasión desparramada, con tanta bebida consumida, con tanto dolor a despedida, seguramente también habías sobrevivido a la tormenta.
Me quedé acurrucada fumando despacio. Esa noche había sido importante. Una bisagra acababa de cambiar la página de nuestras historias. No sentía dolor y supe que no te extrañaría. Ahora sólo quería disfrutar del calmo momento de las decisiones tomadas, donde ya no pesan las angustias previas ni la incertidumbre.
Seguí involucrándome con el temporal que se desarrollaba afuera de la casa. ¡Qué bien que me hacía estar conmigo misma!. Recordándote, despidiéndome y olvidando todos tus defectos para dejar intacta tu imagen idealizada. Pero te lo advierto, este mágico efecto de canonización solo existe porque te sé ausente, lejano. Más te aseguro que si te atreves a regresar a mi vida, te veré tal como eres, como fuiste siempre y te pediré nuevamente que te vayas.
Colaboración de Viviana Llorens, de su autoría
Burros
Ya he perdido 82,80 dólares en sólo dos días de apostar Dobles en Santa Anita. He vuelto a la vieja costumbre de distribuir las apuestas en diferentes bolsillos, pensando que a lo mejor así encuentro el que me de suerte. Para las Dobles, generalmente el bolsillo de la suerte es el exterior derecho. El exterior izquierdo es para Ganador y Exactas. EL posterior izquierdo para apuestas Quíntuples y Ganador colocado.
Sam Shepard |
Hoy no funciona nada de eso.
1/79 ,Hipódromo Santa Anita, Arcadia, CA, Sam Shepard, crónicas de motel.
Desayuno
Echó café en la taza
Echó leche en la taza de café
Echó azúcar en el café con leche
Con la cucharita lo revolvió
Bebió el café con leche
Dejó la taza
Sin hablar encendió un cigarrillo
Hizo anillos de humo
Volcó la ceniza en el cenicero
Sin hablarme
Sin mirarme
Se puso de pie
Se puso el sombrero
Se puso el impermeable porque llovía
y se marcho bajo la lluvia
Sin decir palabra
Sin mirarme
Y me cubrí la cara con las manos
Y lloré
De Jaques Prevert
Ojos del Neocriollo
Los sentidos de Neocrillo serán así, aproximadamente: su ojo derecho estará signado por el sol y su izquierdo por la luna. Quiere decir que, por el uno, estará inclinado a la visión de la luz directa, y, por el otro, a la visión de la luz reflejada. O más fácil aún: el ojo derecho lo hará santo y el izquierdo científico. Los ojos no estarán en sus órbitas ya, sino fuera de las mismas, en la punta de
Leopoldo Marechal |
Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal
Colabore con una historia corta a las Arenas del Peralta
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