El postre

El postre ( la evacuación )
Un millón de sueños
En una vida sola
Pequeña Orquesta Reincidentes

Teníamos que evacuar. No sé si era por una invasión o eso lo inventé yo, pero se estaba organizando todo y el problema iban a ser los rezagados y los rebeldes. Los que se iban a quedar a morir y los que iban a saquear.

La Casa más vieja

Madre ya tenía el plan de como cerrar la casa. Algo inútil. Almorzamos ensalada de fruta. Que hay de postre, pregunté. Naranjas, me dijo. Casi me enojé. Hicimos alguna que otra cosa como si tuviera sentido ante un improbable regreso. Al final caminamos desde la vieja casona  pueblerina de ventanas de postigos hasta el centro de Buenos Aires, todo sin interrupción, como un fantástico sueño. De ahí nos tomábamos  uno de línea para ahorrar,  el 14 ponele,  y que nos dejaba en una ruta muy cerca de Bariloche. Mamá, tan enérgica como nunca, ojalá se repita.

Patricio Peralta R

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Había que salir a explorar.

5 comentarios:

  1. deseos - sentimiento - realidad, que solo se juntan en los sueños
    un buen comienzo

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  2. Lndo, yo pensé que era una receta, pero era mejor.

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  3. Esa casa es en Loncoln? me parece

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  4. Je siempre te enojas cuando hay naranja de postre pero... que rica son.

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  5. Estimado. Me interesa ponerme en contacto con usted respecto a un relato suyo que salió publicado en la antología Tres años caminando juntos de Ficción Científica. Mi email antonio_guisado(arroba)hotmail.com

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